Ahora comienzas a existir en mi memoria.
Y seguirás existiendo en nuestros corazones porque será imposible olvidarte.
Y seguirás existiendo en nuestros corazones porque será imposible olvidarte.
Tu fuerza, tu tanto trabajar, tu esfuerzo por dárnoslo todo siempre... Tu presencia en aquel hueco del sofá, tu dolor, tus suspiros por la falta de aire... Tu gran corazón que no pudo resistir más a tu carácter... Tus gracias y tus gestos... Tu emoción cuando se llenaba la casa de gente... Tu ilusión cuando te regalaba fotos... Tus ojos aguados cada vez que te daba un beso... Y tus manos... Esas manotas que seguiré viendo en esta pared... Esas manos que impresionaban a todos... Esas manos que me hicieron ver que el tiempo pasaba... Esas manos con las que tantas cosas aprendí... Esas manos que siempre me protegerán... Esas manos sobre tu bata de andar por la casa... Con tu viejo, rallado y parado reloj, que desde hoy está en mi cajón... Tus arrugas infinitas y tus uñas de tambor... Tus venas y tus heridas... Tus manos... TÚ.
Abuelo
(2004-2005; óleo sobre lienzo; 65 x 130 cm)